No debemos desesperarnos por las eventualidades y situaciones que se nos presentan, más bien hay que tener paz ante las mareas y las tormentas.
Jesús nos enseñó en una ocasión que iba en una barca con sus discípulos y mientras Él dormía vino una tormenta y los discípulos al ver la situación y las dificultad, a punto de de naufragar, en su llanto y desesperación clamaron a Jesús, Él le ordenó a los vientos y a la tormenta a detenerse y se detuvieron (Mateo 8: 26).
Pongamos nuestra confianza en aquel al que hasta los vientos y las tormentas le obedecen. Él te llevará a camino seguro y te protegerá por dondequiera que vallas.
Así que a déjale saber a tus problemas con quién tú andas y con quien se enfrentan.
Jesús dijo que toda potestad le es dada en el cielo y en la tierra, de Él es todo el poderío y la majestad.
Debes de saber que Él no es hombre para mentir y lo que Él dijo de ti lo hará, a pesar de que no lo puedas percibir en este momento.
Pero ten paciencia que la espera en Él es segura. Él dijo que resistas al diablo y que huyas de las tentaciones y te mantengas en la obediencia.
Su propósito con tu vida se cumplirá, sus planes para ti son de bien. Te animo a confiar, a avanzar, te invito a crecer, a no tener miedo por mas grande veas las olas, por más pesada sea la carga.
Camina seguro con Jesús y obtendrás la victoria mediante una entrega completa.
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